El derecho a la ciudadanía

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El concepto de ciudadanía es considerado como ser miembro pleno de una comunidad, contar con los mismos derechos y oportunidades para influir en las decisiones y el destino de los demás. Este concepto antiguamente era utilizado solo para distinguir a personas que pertenecieran a la comunidad política, estos eran grupos de personas que contaban con privilegios de los cuales pocos podían contar.

Antiguamente en Grecia el concepto de ciudadanía creaba un vínculo entre el Estado y el individuo dándole al ciudadano un estatus preferente de las demás personas, este estatus era otorgado únicamente a varones naturalizados o nacidos en el país que tuvieran riquezas, estos ciudadanos podían participar en las asambleas, podrían ejercitar funciones públicas, tenían beneficios sociales y protección de la ley, algunas de sus obligaciones eran defender a la comunidad participar políticamente y comprendían asuntos públicos.

Mientras que para Aristóteles la noción de ciudadanía se plantea en la idea de que el hombre es un ser político (zoon politikón), esto quiere decir que el desarrollo del individuo solamente se puede darse plenamente al interior de su comunidad social y política, donde las mujeres, esclavos y extranjeros no eran considerados como ciudadanos, para los Romanos su concepción de ciudadanía era menos excluyente que la griega, ya que esta era más abierto y le ofrecía a los extranjeros y a los cuidados conquistados una ciudadanía de segunda categoría estos contaban con la protección de la ley, tenían acceso a contratos y podían casarse con algún romano, en la única cuestión en la cual no podían participar era en las decisiones públicas.

Cuando estos hombres perdían su estatus era porque “se había cometido una falta contra la comunidad o contra su honor, por ejemplo, al no pagar los impuestos, al robar, al desertar, al abandonar el campo de batalla, o al haber maltratado a sus padres” (Faro Democrático, 2022). Lo que significa que si algún ciudadano perdía su estatus quedaba sin la protección de la ley. Estas ideas aún siguen vigentes pues para los griegos y romanos la ciudadanía se considera como una pertenecía a una comunidad.

En la Declaración Universal de los Derechos del Hombre y del Ciudadano en 1789 se reconoce que los derechos naturales de los hombres son que nacían libres e iguales, que son inalienables, naturales y sagrados. Para proteger estos derechos se creó el Estado por ello es que se crea la condición de ciudadanía por medio de un acuerdo real es decir de un contrato social es a partir de este que se establecen reglas de convivencia y a su vez las reglas a las que son sometidos los miembros de una comunidad.

La ciudadanía se convierte entonces en un criterio con diversas magnitudes, porque posee dimensión legal, un ideal político igualitario y una alusión normativa; esto genera una relación de pertenencia con cierta sociedad política que asegura términos jurídicos que indica colaboración en los asuntos públicos, como una normativa para las lealtades colectivas.

Todos tenemos conocimiento de que contamos con derechos por lo que consideramos que contamos con cierta protección, creemos que los derechos son herramientas para defendernos, sin embargo, no tenemos conocimiento claro de lo que implican estos derechos y entendemos los derechos como una fortaleza o capacidad para promover cambios positivos en nuestro ambiente. Se cree que un derecho es reconocer la potencia e interés de otras personas por el actuar y acciones de los demás. Sin embargo, estos derechos tienen una limitación esto depende de la concepción de justicia y valores dentro de una sociedad.

Ser ciudadano implica tener derechos y deberes que debemos cumplir estos son:

  • Como ciudadanos debemos conocer las leyes que se encargan de regular el sistema político de la nación
  • Contribuir con la sociedad como ciudadanas y ciudadanos, esto es pensando a escala colectiva y no individual
  • Se debe cumplir con las obligaciones jurídicas del país
  • Se debe poseer los derechos que dictan las leyes del territorio
  • Dependiendo de la nación cada ciudadano posee una manera de conceptualizar el reconocimiento de ser ciudadano “En México, según establece la Constitución, una ciudadana o un ciudadano es aquella persona que reúne tres condiciones: tener 18 años cumplidos, tener la calidad formal de mexicana o mexicano, tener un modo honesto de vivir” (Consejo Nacional de Población, 1999).

    Como ciudadanas y ciudadanos se tiene el derecho a la libertad de expresión, es decir puede expresar su opinión, acuerdos y desacuerdos de manera abierta y pública, sin afectar a otros. De igual manera un ciudadano tiene el derecho durante el periodo electoral de conocer y analizar todas las propuestas de los distintos candidatos políticos. Los ciudadanos también tienen el derecho de postularse como candidatos para ocupar los puestos de elección popular como: presidente municipal, gobernador, senador, diputado y para presidente de la República siempre y cuando hayan recibido la mayoría de votos en las elecciones.

    Todas las personas tenemos como derecho a la vida, a no sufrir tortura, tener libertad de conciencia, libres de profesar la religión de su preferencia, podrán viajar libremente en territorio nacional, son libres para expresar su opinión, a organizarse para adquirir un poder, estos derechos son relativos a la participación política.

    Reconocer los derechos para los ciudadanos se basa en la capacidad de razonamiento que los seres humanos tienen para vivir y convivir en una sociedad justa; el deseo de las personas es vivir en un ambiente seguro y en paz con los demás, pero para que esto se pueda realizar es sumamente importante respetar los derechos que se consideran como básicos, es decir, derecho a la vida, derecho a la libertad, a la propiedad, derecho al pensamiento y conciencia; esto se da pues somos seres libres, morales con derechos que nos permiten mantener una convivencia social.

    Ser ciudadanas o ciudadanos nos permite poder participar en la vida política de nuestra sociedad, también nos ofrece protección para que nuestros derechos no puedan ser violados. Es importante mencionar que contar con la ciudadanía nos concede un estatus como miembros de una comunidad lo que nos permite ser parte del Estado esto nos asigna una serie de acuerdos, normas y prácticas que debemos compartir para constituir y formar parte de una comunidad política, ya que esta nos garantizara el derecho de participación dentro de una comunidad y protección del Estado.

    Cada país tiene su forma para definir a quien le concede la calidad de ciudadanía, algunos países relacionan ciudadanía con nacionalidad siempre y cuando cuenten con la edad requerida por la ley.

    El concepto de ciudadanía política es pertenecer a una comunidad con la posibilidad de acceder a los derechos políticos, es decir tiene un carácter expansivo si la sociedad día a día se va transformando se extienden los márgenes de los mecanismos, la ciudadanía política se entiende como “la condición jurídica que otorga la titularidad de los derechos políticos, especialmente, el derecho al sufragio activo y pasivo” (Faro Democrático [Ferreira Rubio, 2017:150] 2022). La capacidad de las personas para ejercer sus derechos es dependiendo del cargo de la sociedad a la que corresponde.

    Dentro de una sociedad la ciudadanía crea un estatus igualitario, es decir en cuanto la participación se reconocen los derechos de la comunidad con igualdad en condiciones; por ello en la actualidad tenemos ciertos derechos y responsabilidades los cuales debemos respetar las leyes y reglas que habitualmente se generan, lo cual nos obliga a respetar las prácticas que cada individuo realiza en nuestra sociedad.

    En el caso de las personas que residen en un país que no es donde nacieron, están obligados a cumplir con una serie de requisitos para obtener la ciudadanía estos son: conocer el idioma del país donde viven, conocer y reconocer las tradiciones y dicha cultura del país donde radican, con la finalidad de ser naturalizados dentro del país donde viven.

    En México la Constitución establece como derecho el poder participar en la vida ciudadana, las ciudadanas y los ciudadanos pueden y tienen la capacidad de desarrollar habilidades con las que se puedan y logren mejorar las participaciones y sean fructíferas para la sociedad, algunas habilidades son: tener la capacidad de dialogar, intercambiar y expresar sus ideas con otros ciudadanos, deben tener la capacidad de debatir ideas de otras personas con fuerza y respeto; ser capaces de convocar a un cierto grupo para informar el motivo de la reunión para ello debe contar con un prestigio y respeto social, ser capaces de concebir y crear proyectos para beneficios de una comunidad, tener la capacidad de gestionar apoyos y donativos que ayuden a la comunidad; adquirir la capacidad de demandar lo que por derecho corresponde, ser capaces de denunciar formal o jurídicamente para defender los derechos humanos.

    Por ello, los gobiernos son los responsables de respetar las condiciones para el ejercicio de los derechos de las personas para que de forma sustantiva se logre con efectividad ejercer una ciudadanía política; la ciudadanía política actualmente se relaciona fundamentalmente con el ejercicio de votar, de manera simultánea se fueron integrando derechos que se vinculan de maneras diferentes en la participación ciudadana política incluyendo nuevos grupos. Las personas deseamos que participar en las decisiones públicas en elecciones nos permite defender nuestros derechos e intereses para lograr una vida plena.

    Invito al lector de este artículo a reflexionar ¿Qué tan alejados estamos de estas referencias históricas? La carencia de valores, la imperativa secuencia de costumbres y tradiciones que nos apegan a la lenta evolución de nuestra sociedad. Santificación de la pobreza e inquisición hacia la riqueza, nos hacen una población adiestrada y dogmática que consume el libre pensamiento y opaca el juicio constructivo.

    Tenemos dos grandes crisis en nuestro entorno: integridad y orientación vocacional. Interactuando con la juventud es preocupante ver la cantidad de estudiantes que no están en el lugar correcto tenemos médicos, periodistas, cocineros etc. En una ingeniería lo cual provoca una falta de auto realización en el ser y por lo tanto una poca funcionalidad de muchos ciudadanos que ya cumplen obligaciones ante la ley. Vemos una afirmación del ser en pertenecer y tener a cualquier costo lo cual nos lleva a un maquiavelismo que nunca será óptimo para el crecimiento de los individuos y menos para el conjunto de ellos. Generar instrumentos de gestión destinados a influir en las actitudes; con el fin de que las diversas personas y grupos se comprometan a procurar, alcanzar y mantener una mejora en los estándares que buscamos de un individuo.

    Principios como: responsabilidad, honestidad, respeto y coherencia son estándares que nos ayudan a formar ciudadanos íntegros. Es un proceso que se debe llevar y transmitir en casa; los principios se enseñan y los valores se ejemplifican de manera coherente al ejecutarlos.

    Debemos diferenciar entre la honestidad y la integridad, una persona puede ser honesta hasta llegar al cinismo, la honestidad es pública, la integridad es privada. Urge la formación de líderes con principios firmes que promuevan una modificación en los patrones de conducta para la ciudadanía.

    Con ciudadanos íntegros podemos obtener una sociedad justa y equitativa en todos los aspectos de nuestra vida diaria, debemos trabajar el ser responsable y no estar pendientes a la vigilancia “impuesta”. El cumplir nuestras obligaciones y ejercer nuestros derechos de manera correcta forma parte de una armonía social. Romper las ataduras de adiestramiento y exigir condiciones de equidad a los gobernantes en turno forjará una sociedad más igualitaria y por ende una mejor calidad de ciudadanos.

    Nuestra calidad como ciudadanos se demuestra en tener actitudes íntegras en todas las actividades cotidianas que realicemos. Respetar los reglamentos y leyes, erradicar el pensamiento del tantito, si no fue mucho, no había nadie y tantas excusas que desean validar una falta, para suavizar o evadir la sanción. Pareciera que en nuestro ADN están gravadas frases como: “el que tranza no avanza”, “más vale conocido, que conocimiento”, “es la primera vez que lo hago”, “no sabía” etc. La información es poder y el poder bien ejercido como ciudadanos establecerá un medio sano y razonable que propicie el crecimiento del individuo para establecer un sistema de competencias justas y nos lleve a la meritocracia. Los mejores elementos en los perfiles requeridos, actitudes maduras que propicien el desarrollo óptimo de nuestro país; para obtener y conservar ciudadanos de calidad.